Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Reyes 3, 2-17

2 Con todo, el pueblo ofrecía sacrificios en los altos, porque en
aquellos días no había sido aún construida una casa para el Nombre
de
Yahveh.

3 Salomón amaba a Yahveh y andaba según los preceptos de David su
padre, pero ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los altos.

4 Fue el rey a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquel es el
alto principal. Salomón ofreció mil holocaustos en aquel altar.

5 En Gabaón Yahveh se apareció a Salomón en sueños por la noche.

Dijo Dios: «Pídeme lo que quieras que te dé.»

6 Salomón dijo: «Tú has tenido gran amor a tu siervo David mi padre,
porque él ha caminado en tu presencia con fidelidad, con justicia y rectitud
de corazón contigo. Tú le has conservado este gran amor y le has concedido
que hoy se siente en su trono un hijo suyo.

7 Ahora Yahveh mi Dios, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de
David mi padre, pero yo soy un niño pequeño que no sabe salir ni entrar.

8 Tu siervo está en medio del pueblo que has elegido, pueblo
numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre.

9 Concede, pues, a tu siervo, un corazón que entienda para juzgar a tu
pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién será
capaz de
juzgar a este pueblo tuyo tan grande?»

10 Plugo a los ojos del Señor esta súplica de Salomón,

11 y le dijo Dios: «Porque has pedido esto y, en vez de pedir para ti
larga vida, riquezas, o la muerte de tus enemigos, has pedido discernimiento
para saber juzgar,

12 cumplo tu ruego y te doy un corazón sabio e inteligente como no lo
hubo antes de ti ni lo habrá después.

13 También te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria, como
no tuvo nadie entre los reyes.

14 Si andas por mis caminos, guardando mis preceptos y mis
mandamientos, como anduvo David tu padre, yo prolongaré tus días.»


15 Se despertó Salomón y era un sueño. Entró en Jerusalén y se puso
delante del arca de la alianza del Señor; ofreció holocaustos y sacrificios de
comunión y dio un banquete a todos sus servidores.

16 Vinieron por entonces al rey dos prostitutas y se presentaron ante

él.

17 Una de las mujeres dijo: «Oyeme, mi señor. Yo y esta mujer

vivíamos en una misma casa, y yo he dado a luz, estando ella conmigo en la
casa.